Mayorías en la Asamblea Nacional
Por: Abog. Frank E. Payares M. - Mucha agua ha pasado debajo del puente sin embargo, la correlación de fuerzas parlamentarias que surge luego de las elecciones del 26 de septiembre, guarda cierta semejanza con el parlamento del período 2000-2005. La relación de entonces fue, si mal no recuerdo, 80 parlamentarios opositores contra 85 gubernamentales.
Los resultados electorales del 26/S dan para muchas lecturas. Sólo me referiré a al valor del voto en la nueva correlación de fuerzas: 98 parlamentarios gubernamentales, 65 claramente opositores y 2 del PPT, que procurarán sacarle provecho a esos dos votos. Cada voto contará como nunca.
Tres son las fuentes que regulan el tema de las mayorías requeridas en la AN para tomar decisiones: la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), el Reglamento Interior y de Debates (RID) de la Asamblea Nacional (AN) y diversas leyes.
MAYORÍA ABSOLUTA
La definición de mayoría absoluta la da el RID:
“Artículo 119. Las decisiones de la Asamblea Nacional se tomarán por mayoría absoluta, salvo aquellas en las cuales la Constitución o este Reglamento especifiquen otro régimen. Se entiende por mayoría absoluta la mitad más uno de los diputados y diputadas presentes. Si el número de los diputados y diputadas presentes es impar, la mayoría será la mitad del número par inmediato superior.
Siempre que en este Reglamento se emplee la expresión 'mayoría' sin calificarla, se entenderá que se trata de mayoría absoluta.” (Subrayado nuestro)
De la totalidad de las diputadas y diputados (165), la mayoría absoluta es la mitad del número par inmediato superior, es decir, la mitad de 166, o lo que es lo mismo, 83 diputadas o diputados. Esta mayoría siempre estará referida a la cantidad de parlamentarias presentes en una sesión, es decir, la mayoría absoluta podría ser, en ocasiones, menor de 83 diputadas o diputados.
La mayor cantidad de decisiones que debe tomar la AN requieren mayoría absoluta.
1. MATERIAS QUE REQUIEREN LA MAYORÍA ABSOLUTA
1.1. CAMBIAR el lugar o la ciudad donde se realicen las sesiones (Art. 1 RID).
1.2. ELEGIR LA JUNTA DIRECTIVA de la Asamblea Nacional (Art. 7 del Reglamento Interior y de Debates –RID- Ésta será el 5 de enero de 2011)
1.3. ELEGIR de la Secretaria o Secretario y de la Subsecretaria o Subsecretario de la Asamblea -Art. 10 RID- 5 de enero de 2011).
1.4. REVOCAR DECISINES DE LA JD, en virtud de la apelación del interesado al pleno de la Asamblea.(Art.30.5 RID)
1.5. CONCEDER LICENCIA a diputadas o diputas por períodos superiores a los 10 días. (Art. 30.19 RID)
1.6. INTERPRETAR EL RID (Art.30.21 RID)
1.7. REMOVER a la Secretaria o Secretario y a la Subsecretaria o Subsecretario de la Asamblea. (Art. 35 RID)
1.8. RESOLVER los temas no resueltos por la Comisión Coordinadora. (Art. 39 RID)
1.9. APROBAR la sustitución de cargos directivos de las comisiones permanentes. (Art. 44 RID)
1.10. CREAR COMISIONES especiales de carácter temporal para estudios e investigaciones (Art. 47 RID)
1.11. RESOLVER la integración de comisiones y directivas de éstas. (Art. 45 RID)
1.12. INSTALACIÓN DE LA COMISIÓN DELEGADA requiere la mayoría de sus integrantes. (Art.58 RID)
1.13. DECLARAR privadas o secretas de las sesiones. (Art. 86 RID)
1.14. PRÓRROGAR EL HORARIO de las sesiones ordinarias y sesionar en días feriados. (Art. 87 RID) DECIDIR sesionar durante los días feriados. (Art. 87 RID)
1.15. DECLARAR materias de urgencia que deban discutirse en las sesiones extraordinarias. (Art. 88 RID)
1.16. DECIDIR reunirse en sesiones extraordinarias (Art. 91 RID)
1.17. DECLARAR LA URGENCIA de materias para su discusión en sesiones extraordinarias. (Art. 88 RID)
1.18. APROBAR sesiones especiales. (Art. 89 RID)
1.19. DECLARAR sesión permanente. (Artículo 90 RID).
1.20. SUSPENDER O CONCLUIR de la sesión permanente (Art. 90 RID).
1.21. APROBAR el Acta de la sesión anterior. (Art. 94.4 RID).
1.22. APROBAR del Orden del Día. (Art. 94.6 RID)
1.23. PRÓRROGA DE LA CLAUSURA de las sesiones, cuando no se haya concluido la materia. (Art. 94.9 RID)
1.24. TOMAR MEDIDAS sobre el orden público interno de la AN. (Art. 95 RID)
1.25. APROBAR EL PROGRAMA legislativo anual, al principio de cada período. (Art. 98 RID). El programa legislativo contendrá la lista de los proyectos de ley que serán discutidos durante el período, su orden de discusión y un calendario tentativo.
1.26. MODIFICAR EL PROGRAMA legislativo. (Art.99 RID)
1.27. CONSIDERAR UN ASUNTO urgente, aun cuando no se haya concluido otro. (Art.109 RID)
1.28. DECLARARSE EN COMISIÓN GENERAL para considerar cualquier asunto. (Art. 115 RID).
1.29. PROCEDENCIA o no de la continuidad de la Comisión General. (Art. 117 RID)
1.30. SUSPENSIÓN DE LA INTERPELACIÓN de un funcionario, funcionaria o particular, para una nueva oportunidad para buscar mayores elementos de juicio. (Art. 150 RID)
1.31. REFORMA DEL REGLAMENTO de la AN. (Art. 172 RID)
1.32. DESIGNAR a la Diputada o Diputado que dirigirá la sesión inicial de la Asamblea Nacional (Art. 11 RID)
1.33. REVOCAR decisiones de la Presidenta o Presidente de la Asamblea Nacional (Art. 30.5 RID)
1.34. INICIATIVA DE ENMIENDA. (Art. 341 CRBV)
1.35. INICIATIVA DE REFORMA. (Art. 343 CRBV)
1.36. SOMETER A REFERENDO CONSULTIVO las materias de especial trascendencia nacional (Art 71 CRBV).
1.37. APROBAR LEYES (Art. 109 CRBV)
1.38. DESIGNACIÓN DE FUNCIONARIOS (Art. 129 RID)
1.39. APROBAR ley en primera discusión (Art. 133 RID)
1.40. INCLUIR en las sesiones extraordinarias inmediatas proyectos de leyes en discusión. (Art. 139 RID)
1.41. DECLARAR URGENCIA CONSTITUCIONAL leyes (Arts. 134 y 141 RID).
1.42. DECLARAR VACANTE el cargo de Defensora o Defensor del Pueblo (Art. 25.1, 25.3 o 25.5 LODP)
1.43. SOLICITAR DESIGNACIÓN DE JUNTA MÉDICA para evaluar incapacidad sobrevenida de la Defensora o del Defensor del Pueblo (Art. 25- aparte LODP)
1.44. APROBAR el decreto que declare el estado de excepción, la solicitud de prórroga o aumento del número de garantías restringidas. (Art. 27 LOEE)
1.45. APROBAR la creación de distritos metropolitanos cuando los municipios que lo vayan a integrar, pertenezcan a entidades federales diferentes (Arts. 20-21-232 LOPM)
1.46. ATRIBUIR a los Municipios o a los Estados determinadas materias de la competencia nacional, a fin de promover la descentralización. (Art. 157 CRBV)
1.47. REMOVER a la Fiscala o Fiscal General de la República (Art. 22 LOMP)
1.48. DAR EL VOTO FAVORABLE para que la Vice fiscala o el Vice fiscal suplan temporalmente a la Fiscala o Fiscal General de la República. (Art. 24 LOMP)
1.49. AUTORIZAR a la Fiscala o Fiscal General de la República para designar a la Vice fiscala o el Vice fiscal (Art. 25.3 LOMP)
MAYORÍAS CALIFICADAS
Por tal se entiende un número de diputadas y diputadas, superior a la mayoría absoluta (83/165), que se requiere para que la AN apruebe una determinada materia. Hay cuatro (4) tipos de mayorías calificadas: las tres quintas partes de la totalidad de las diputadas y diputados (99/165) y las tres quintas partes de las diputadas y diputados presentes en una sesión; las dos terceras partes de la totalidad de las diputadas y diputados (110 /165) y las 2/3 de las diputadas y diputados presentes en una sesión.
2. MATERIAS QUE REQUIEREN 3/5 PARTES DE LA TOTALIDAD DE LAS DIPUTADAS Y DIPUTADOS (99/165)
2.1. VOTO DE CENSURA contra la Vicepresidenta o Vicepresidente Ejecutivo o de una Ministra o Ministro, que implica su destitución. (Arts. 187.10 y 240 CRBV)
2.2. REVOCATORIA en todo o en parte, de un acto de la Asamblea (Art. 120 RID).
2.3. APROBACIÓN DE LEYES HABILITANTES (Art. 203 CRBV)
3. MATERIAS QUE REQUIEREN 3/5 PARTES DE LAS DIPUTADAS Y DIPUTADOS PRESENTES
3.1. PRIVAR DEL DERECHO DE PALABRA a la Diputada o Diputado por infracción de las reglas del debate (Art. 106).
3.2. CERRAR EL DEBATE de las mociones por considerarse suficientemente debatido un asunto (Art. 110.4)
4. MATERIAS QUE REQUIEREN 2/3 PARTES DE LAS DIPUTADAS Y DIPUTADOS PRESENTES EN UNA SESIÓN.
4.1. ANULAR VOTO EMITIDO por diputadas o diputados en actos en los que tuvieren interés económico (Art. 18 RID)
4.2. SEPARACIÓN TEMPORAL de una diputada o diputado.(Art. 187.20 CRBV)
4.3. CREAR O SUPRIMIR Comisiones Permanentes (Art. 193 CRBV)
4.4. APROBAR LEYES ORGÁNICAS (Art. 203 CRBV)
5. MATERIAS QUE REQUIEREN LAS DOS TERCERAS PARTES DE LA TOTALIDAD DE LAS DIPUTADAS Y DIPUTADOS (110/165)
5.1. SOMETER a referendo los tratados, convenios o acuerdos internacionales que pudieren comprometer la soberanía nacional o transferir competencias a órganos supranacionales. (Art. 73 CRBV)
5.2. SOMETER a referendo proyectos de ley. (Art. 73 CRBV).
5.3. DESIGNAR a los Magistrados del TSJ (Arts. 264 y 265 CRBV y Art. 8 LOTSJ)
5.4. REMOVER a los Magistrados del TSJ previa audiencia concedida al interesado o interesada, en caso de faltas graves ya calificadas por el Poder Ciudadano, en los términos que la ley establezca (Art. 265 CRBV).
5.5. REMOVER a la Defensora o Defensor del Pueblo (Art. 25. 2 y 25.4 LODP)
5.6. DESIGNAR a la Defensora o Defensor del Pueblo (Art. 17 LODP- Art. 279 CRBV)
5.7. DECIDIR cuando la ausencia temporal de la Defensora o Defensor del Pueblo se considera como cese de sus funciones (Art. 26 LODP)
5.8. APROBAR PROYECTO DE REFORMA. (Art. 343.5 CRBV)
5.9. INICIATIVA de una Asamblea Nacional Constituyente (Art. 348 CRBV)
Sugerimos la lectura del artículo 187 de la CRBV, que establece las competencias de la AN.
CRBV: Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
LOTSJ: Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia
LOPE: Ley Orgánica del Poder Electoral
LODP: Ley Orgánica de la Defensoría del Pueblo
LOMP: Ley Orgánica del Ministerio Público
LOPC: Ley Orgánica del Poder Ciudadano
RID: Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional
AN: Asamblea Nacional
JD: Junta Directiva
Venezuela Quiere Unidad
lunes, 20 de junio de 2011
lunes, 6 de junio de 2011
Venezuela con V de Violencia
Venezuela con V de Violencia
Con 48 homicidios por cada 100 mil habitantes, es uno de los países más violentos de Latinoamérica.
Por: Oscar Medina / Caracas | Fecha: 10/05/11
Robert Monsalve lo mataron aquí pero su cuerpo está allá abajo. Se ve muy claro: la gran mancha y las chispas rojas, oscuras, de sangre seca. A cuatro pasos de donde lo asesinaron está la puerta de una casa: gente que mira el ajetreo desde la seguridad de una reja. No vieron nada: "Todas las noches escuchamos disparos." Obvio, nadie se asoma cuando el plomo habla.
El rastro de sangre baja la cuesta. Es una línea sinuosa que va perdiendo color: el sol, el polvo, los automóviles, las motos, los perros, los curiosos. Todos le pasan por encima. Ninguna autoridad resguarda la escena del crimen: las series de televisión nos han mentido. En Venezuela, la palabra barrio tiene una connotación distinta al resto del continente: se refiere a una zona de pobreza, de bajo nivel económico. Y en el barrio, en este rincón de la vasta marginalidad de Caracas, en la vida real, las cosas son de otra manera, y sólo un ladrillo partido y una botella de cerveza ligera resguardan un casquillo de bala: la evidencia.
Robert está al final de su sangre: lo cubre una sábana vieja estampada con flores azules, la cabeza debajo de un carro destartalado y sin ruedas. Casi puedes atisbar el desprecio con el que fue arrojado ahí tras prolongar su agonía a lo largo de esta calle.
Es un domingo de marzo. Y, como siempre, el domingo es el día de contar muertos, la jornada en que los reporteros de sucesos, los de la nota roja, persiguen con afán la cifra que las autoridades niegan: ¿Cuántos asesinatos hubo en Caracas durante el fin de semana? ¿Cuántos en el resto del país? María Isoliett Iglesias, periodista del diario El Universal, está en eso. En la mañana ha seguido la ruta usual: apostarse un buen rato frente a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), a esperar a que algún funcionario conocido le suelte al paso algún dato: hay uno aquí, otro en tal lugar, hemos contado tantos? Nada oficial: sólo eso, un comentario recibido a la sombra de un árbol en un terreno vecino a la sede policial donde, desde el año 2002, la prensa dejó de ser bienvenida tras la abrupta eliminación del salón en el que los reporteros tenían acceso al registro policial.
El otro punto de la ruta está en Colinas de Bello Monte, una zona de clase media alta, una colina llena de casas añosas y edificios de departamentos, donde está enclavada la morgue caraqueña. Y aquí se desarrolla un curioso trapicheo en el que la información, como el agua, encuentra siempre por donde fluir.
"Apúrate, que un zamuro me dijo que hay dos vía pública". Ése es el mensaje que recibo en el celular. En este contexto, "zamuro" no es el ave rapaz diurna que se alimenta de carroña de la que hablan los diccionarios. Los zamuros de la morgue son los que venden servicios funerarios a las familias que llegan a este lugar a buscar a sus muertos. El zamuro sabe cuando la furgoneta policial ha salido a recoger cadáveres. Y "dos vía pública" es eso: dos cuerpos tirados en la calle.
Y así vamos a dar al sector B, Las Casitas, en La Vega, donde esta historia comienza; luego de transitar por eso que llaman "la carretera negra", un lugar donde no quisieras estar en plena noche. Y al llegar esto es lo que se ve: casas con fachadas de colores estridentes, dos agentes de saco y corbata, un montón de curiosos, dos uniformados de la Guardia Nacional, la sangre que baja por la pendiente y se empoza, un perro sucio olisqueando y, unos pasos más arriba, el cuerpo de Robert.
"Cuidado, que si pisas la sangre del muerto, es de mala suerte", advierte la reportera María Isoliett Iglesias.
Nelson es el hermano de Robert. Sereno, cuenta que le han dicho que Robert estaba en una fiesta, que hubo una pelea, que hacía cinco días que no hablaba con él, que trabajaba como repartidor de pizzas, que no tiene idea ni de quién ni por qué lo mataron, que tenía tres hijos que viven con la ex esposa, que había otro joven que también murió, que eso fue en la madrugada y no sabe nada más.
Eva habla y te mira a los ojos. Y te das cuenta de que ese rostro tiene una expresión que has visto muchas veces en los noticieros de televisión: es la resignación de quien sabe que, estando en lugares como ése, llevando una vida como ésa, amanecer tiroteado en el asfalto es un final previsible. Eva es la madre de Robert. Ya pasó por esto hace 16 años, cuando asesinaron a Orwil Roberto, su otro hijo. Poco más puede aportar: "La gente no quiere contar nada, pero se ve que lo mataron arriba y lo arrastraron hasta aquí."
Ahí está: le sobresalen los pies, se ven los jeans, los zapatos marrones, los calcetines negros. A un costado quedaron los guantes quirúrgicos de algún agente. Y un ilde de Orunlá -una pulsera de cuentas verdes y amarillas característica de la santería- que ya está roto.
Los funcionarios presentes son parcos, esquivos. Presumen que haya sido un clásico de estos barrios donde los problemas se solucionan a pistola: ajuste de cuentas. A Robert le dieron una puñalada y tres balazos. Cabeza, cuello y abdomen: por ahí entró el plomo. La otra víctima era un militar, sargento del Ejército. Murió en un hospital.
A Robert lo dejaron tendido más o menos a las cinco de la madrugada. A las diez de la mañana seguía ahí. Antes de irnos camino a la morgue, me entregan un souvenir macabro: "Toma, tu primera concha (casquillo) de bala."
Con 48 homicidios por cada 100 mil habitantes, es uno de los países más violentos de Latinoamérica.
Por: Oscar Medina / Caracas | Fecha: 10/05/11
Robert Monsalve lo mataron aquí pero su cuerpo está allá abajo. Se ve muy claro: la gran mancha y las chispas rojas, oscuras, de sangre seca. A cuatro pasos de donde lo asesinaron está la puerta de una casa: gente que mira el ajetreo desde la seguridad de una reja. No vieron nada: "Todas las noches escuchamos disparos." Obvio, nadie se asoma cuando el plomo habla.
El rastro de sangre baja la cuesta. Es una línea sinuosa que va perdiendo color: el sol, el polvo, los automóviles, las motos, los perros, los curiosos. Todos le pasan por encima. Ninguna autoridad resguarda la escena del crimen: las series de televisión nos han mentido. En Venezuela, la palabra barrio tiene una connotación distinta al resto del continente: se refiere a una zona de pobreza, de bajo nivel económico. Y en el barrio, en este rincón de la vasta marginalidad de Caracas, en la vida real, las cosas son de otra manera, y sólo un ladrillo partido y una botella de cerveza ligera resguardan un casquillo de bala: la evidencia.
Robert está al final de su sangre: lo cubre una sábana vieja estampada con flores azules, la cabeza debajo de un carro destartalado y sin ruedas. Casi puedes atisbar el desprecio con el que fue arrojado ahí tras prolongar su agonía a lo largo de esta calle.
Es un domingo de marzo. Y, como siempre, el domingo es el día de contar muertos, la jornada en que los reporteros de sucesos, los de la nota roja, persiguen con afán la cifra que las autoridades niegan: ¿Cuántos asesinatos hubo en Caracas durante el fin de semana? ¿Cuántos en el resto del país? María Isoliett Iglesias, periodista del diario El Universal, está en eso. En la mañana ha seguido la ruta usual: apostarse un buen rato frente a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), a esperar a que algún funcionario conocido le suelte al paso algún dato: hay uno aquí, otro en tal lugar, hemos contado tantos? Nada oficial: sólo eso, un comentario recibido a la sombra de un árbol en un terreno vecino a la sede policial donde, desde el año 2002, la prensa dejó de ser bienvenida tras la abrupta eliminación del salón en el que los reporteros tenían acceso al registro policial.
El otro punto de la ruta está en Colinas de Bello Monte, una zona de clase media alta, una colina llena de casas añosas y edificios de departamentos, donde está enclavada la morgue caraqueña. Y aquí se desarrolla un curioso trapicheo en el que la información, como el agua, encuentra siempre por donde fluir.
"Apúrate, que un zamuro me dijo que hay dos vía pública". Ése es el mensaje que recibo en el celular. En este contexto, "zamuro" no es el ave rapaz diurna que se alimenta de carroña de la que hablan los diccionarios. Los zamuros de la morgue son los que venden servicios funerarios a las familias que llegan a este lugar a buscar a sus muertos. El zamuro sabe cuando la furgoneta policial ha salido a recoger cadáveres. Y "dos vía pública" es eso: dos cuerpos tirados en la calle.
Y así vamos a dar al sector B, Las Casitas, en La Vega, donde esta historia comienza; luego de transitar por eso que llaman "la carretera negra", un lugar donde no quisieras estar en plena noche. Y al llegar esto es lo que se ve: casas con fachadas de colores estridentes, dos agentes de saco y corbata, un montón de curiosos, dos uniformados de la Guardia Nacional, la sangre que baja por la pendiente y se empoza, un perro sucio olisqueando y, unos pasos más arriba, el cuerpo de Robert.
"Cuidado, que si pisas la sangre del muerto, es de mala suerte", advierte la reportera María Isoliett Iglesias.
Nelson es el hermano de Robert. Sereno, cuenta que le han dicho que Robert estaba en una fiesta, que hubo una pelea, que hacía cinco días que no hablaba con él, que trabajaba como repartidor de pizzas, que no tiene idea ni de quién ni por qué lo mataron, que tenía tres hijos que viven con la ex esposa, que había otro joven que también murió, que eso fue en la madrugada y no sabe nada más.
Eva habla y te mira a los ojos. Y te das cuenta de que ese rostro tiene una expresión que has visto muchas veces en los noticieros de televisión: es la resignación de quien sabe que, estando en lugares como ése, llevando una vida como ésa, amanecer tiroteado en el asfalto es un final previsible. Eva es la madre de Robert. Ya pasó por esto hace 16 años, cuando asesinaron a Orwil Roberto, su otro hijo. Poco más puede aportar: "La gente no quiere contar nada, pero se ve que lo mataron arriba y lo arrastraron hasta aquí."
Ahí está: le sobresalen los pies, se ven los jeans, los zapatos marrones, los calcetines negros. A un costado quedaron los guantes quirúrgicos de algún agente. Y un ilde de Orunlá -una pulsera de cuentas verdes y amarillas característica de la santería- que ya está roto.
Los funcionarios presentes son parcos, esquivos. Presumen que haya sido un clásico de estos barrios donde los problemas se solucionan a pistola: ajuste de cuentas. A Robert le dieron una puñalada y tres balazos. Cabeza, cuello y abdomen: por ahí entró el plomo. La otra víctima era un militar, sargento del Ejército. Murió en un hospital.
A Robert lo dejaron tendido más o menos a las cinco de la madrugada. A las diez de la mañana seguía ahí. Antes de irnos camino a la morgue, me entregan un souvenir macabro: "Toma, tu primera concha (casquillo) de bala."
domingo, 5 de junio de 2011
Upata sumida en un espiral de violencia e inseguridad
La muerte del comerciante Chalo Rengifo causó consternación en el pueblo upatense. Para el activista juvenil del MinUnidad, Genaro Mosquera, la delincuencia no sólo es producto de la descomposición social, sino de la inefectividad de los organismos de seguridad.
Diana Pérez Gámez
Foto Archivo
D4Muerto
Asesinatos, robo a mano armada, tráfico de estupefacientes y secuestros son los delitos más comunes
El pasado 2 de junio Chalo Rengifo se levantó temprano como de costumbre. A las 6:00 de la mañana se dirigió a su finca ubicada en El Buey a realizar labores de siembra. Normalmente Rengifo luego de inspeccionar la situación del campo se montaba en su Ford año 93 y regresaba a Upata para atender su tienda de publicidad. Pero ese jueves no regresó. El viernes al caer la tarde, el hombre de 45 años fue hallado sin vida en un barranco maniatado y golpeado.
Su hijo Johan Rengifo cuenta que su padre era de carácter fuerte, apegado a su familia y a su trabajo. “Todos los días almorzábamos en casa de mi abuela y luego a las 2:00 de la tarde iba a abrir el negocio, teníamos una vida normal”, expresó con voz entrecortada el hijo menor de Rengifo. Los autores de este hecho aún no han sido identificados, mucho menos las causas del crimen. Las investigaciones apenas comienzan y una familia, ahora quebrantada, se enluta por la pérdida de este padre.
El dominio de la inseguridad
Ayer cuando apenas comenzaba a asomarse el día, el médico Juan Prada pasaba consultas en una de las salas de la clínica CICA de Upata. Eran aproximadamente las 11:00 de la mañana cuando la jugada delincuencial se paseó por la mirada indiferente de los presentes. El asaltante entró al consultorio, sometió al galeno y salió con una laptop, un teléfono y 300 bolívares. De este hecho tampoco se conocen los autores, la pesquisas no han arrojado ningún dato hasta los momentos.
Dos cosas tiene en común el asesinato de Chalo Rengifo y el robo del médico Juan Prada: violencia e inseguridad, flagelos que parecen moverse con fuerza en el municipio Piar, ubicado al sur del estado Bolívar. Aquí el sistema integral de Seguridad Ciudadana, suscrito en las líneas estratégicas del programa de gobierno del alcalde socialista, Gustavo Muñiz, parece ser sólo una propaganda en su página web.
Descomposición y descontrol
Genaro Mosquera, activista juvenil de Upata y Coordinador Regional del partido político MIN Unidad, supone que esta realidad es compleja y va más allá de la descomposición social por la ausencia de valores éticos, morales y familiares en la que está sumergida la sociedad.
Para Mosquera este problema tiene de cómplice el descontrol y el fracaso de los cuerpos de seguridad, la impunidad en los actos delictivos, el desempleo y la pobreza. “Hay que llegarle al hueso al sistema judicial que es realmente deplorable, aquí abunda la impunidad, por lo menos el 60 por ciento de los detenidos que incurren en actos ilícitos quedan el libertad”, indicó.
Según algunos datos que maneja Mosquera, el promedio de edad de las personas asesinadas es de 18 y 35 años y los delitos más comunes son: robo a mano armada, tráfico de estupefacientes y secuestros. Detalló que mensualmente se cometen 4 asesinatos y a diario más de 2 negocios son asaltados en esta población.
__Alerta en instituciones__
La situación también preocupa a organizaciones e instituciones. Miguel Rojas, presidente de la Cámara de Comercio de Upata, informó que ya se han reunido con la Asociación de Ganaderos para tratar precisamente el tema de la inseguridad. “Estamos consternados y rechazamos categóricamente el asesinato del comerciante Chalo, nosotros estamos pidiendo a las fuerzas vivas que se aboquen a la solución de este problema”, expuso Rojas.
Diana Pérez Gámez
Foto Archivo
D4Muerto
Asesinatos, robo a mano armada, tráfico de estupefacientes y secuestros son los delitos más comunes
El pasado 2 de junio Chalo Rengifo se levantó temprano como de costumbre. A las 6:00 de la mañana se dirigió a su finca ubicada en El Buey a realizar labores de siembra. Normalmente Rengifo luego de inspeccionar la situación del campo se montaba en su Ford año 93 y regresaba a Upata para atender su tienda de publicidad. Pero ese jueves no regresó. El viernes al caer la tarde, el hombre de 45 años fue hallado sin vida en un barranco maniatado y golpeado.
Su hijo Johan Rengifo cuenta que su padre era de carácter fuerte, apegado a su familia y a su trabajo. “Todos los días almorzábamos en casa de mi abuela y luego a las 2:00 de la tarde iba a abrir el negocio, teníamos una vida normal”, expresó con voz entrecortada el hijo menor de Rengifo. Los autores de este hecho aún no han sido identificados, mucho menos las causas del crimen. Las investigaciones apenas comienzan y una familia, ahora quebrantada, se enluta por la pérdida de este padre.
El dominio de la inseguridad
Ayer cuando apenas comenzaba a asomarse el día, el médico Juan Prada pasaba consultas en una de las salas de la clínica CICA de Upata. Eran aproximadamente las 11:00 de la mañana cuando la jugada delincuencial se paseó por la mirada indiferente de los presentes. El asaltante entró al consultorio, sometió al galeno y salió con una laptop, un teléfono y 300 bolívares. De este hecho tampoco se conocen los autores, la pesquisas no han arrojado ningún dato hasta los momentos.
Dos cosas tiene en común el asesinato de Chalo Rengifo y el robo del médico Juan Prada: violencia e inseguridad, flagelos que parecen moverse con fuerza en el municipio Piar, ubicado al sur del estado Bolívar. Aquí el sistema integral de Seguridad Ciudadana, suscrito en las líneas estratégicas del programa de gobierno del alcalde socialista, Gustavo Muñiz, parece ser sólo una propaganda en su página web.
Descomposición y descontrol
Genaro Mosquera, activista juvenil de Upata y Coordinador Regional del partido político MIN Unidad, supone que esta realidad es compleja y va más allá de la descomposición social por la ausencia de valores éticos, morales y familiares en la que está sumergida la sociedad.
Para Mosquera este problema tiene de cómplice el descontrol y el fracaso de los cuerpos de seguridad, la impunidad en los actos delictivos, el desempleo y la pobreza. “Hay que llegarle al hueso al sistema judicial que es realmente deplorable, aquí abunda la impunidad, por lo menos el 60 por ciento de los detenidos que incurren en actos ilícitos quedan el libertad”, indicó.
Según algunos datos que maneja Mosquera, el promedio de edad de las personas asesinadas es de 18 y 35 años y los delitos más comunes son: robo a mano armada, tráfico de estupefacientes y secuestros. Detalló que mensualmente se cometen 4 asesinatos y a diario más de 2 negocios son asaltados en esta población.
__Alerta en instituciones__
La situación también preocupa a organizaciones e instituciones. Miguel Rojas, presidente de la Cámara de Comercio de Upata, informó que ya se han reunido con la Asociación de Ganaderos para tratar precisamente el tema de la inseguridad. “Estamos consternados y rechazamos categóricamente el asesinato del comerciante Chalo, nosotros estamos pidiendo a las fuerzas vivas que se aboquen a la solución de este problema”, expuso Rojas.
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