Despedimos el 2010 no precisamente llenos de júbilo y esperanzas como sucede en otros países y sociedades, y es natural que sea así cuando miramos los indicadores, y más aún vemos una economía contraída e inviable, entre la confiscación de tierras y los daños generados por las lluvias tendremos en el 2011 menos alimentos, paralización de la productividad, controles y más controles, leyes y más leyes inconsultas, viciadas de inconstitucionalidad que todos sabemos no solventarán los graves problemas que el país arrastra y padece para lo cual fue electo Chávez hace doce años.
El actual gobierno ha tenido todo. Chávez no puede esgrimir que no ha contado con exceso de apoyos, desde una Asamblea Nacional, petróleo caro, leyes a su gusto, gobernadores, alcaldes, leyes habilitantes y para usted de contar, sin que eso se traduzca sencillamente en que los venezolanos vivamos mejor doce años después de su elección y por ende los venezolanos tengamos mejor salud, educación, seguridad, empleo, salarios y expectativas como hoy tienen por ejemplo los chilenos que un terremoto devastador cierran con logros, creciendo y con metas cumplidas y expectativas positivas para el 2011. Que paradójico que los venezolanos repetimos el 2011 parece será más duro que el 2010, es la manifestación más palpable por las razones que sean que no avanzamos material e inmaterialmente sino retrocedemos.
Venezuela no puede seguir siendo un país del desanimo, desencuentros, pasividad, indolencia, comodidad. Venezuela no puede seguir siendo un país de familias enemistadas, una sociedad que se mueve por el odio, el revanchismo, la usura, la conculcación de distintos intereses y derechos, no podemos los venezolanos crecer o prosperar sobre el sufrimiento del pueblo, o cifrar nuestro éxito personal en detrimentos de mis vecinos o compatriotas. Requerimos erradicar no sólo algunas enfermedades infecciosas, sino además la ineficiencia, la corrupción, la negligencia y el desdén.
El país tiene que amalgamarse sobre el trabajo, el esfuerzo, el estudio, la honradez, el trabajo colectivo, los valores, la familia, la tolerancia, el respeto por los otros y porque piensan diferentes porque la diferencia y pluralidad étnica, cultural, política e ideológica es justamente una de las riquezas más grandes de un país junto a sus ciudadanos. Los universitarios tenemos que seguir trabajando duro como siempre lo hemos hecho, seguir sembrando de extraordinarios profesionales y ciudadanos al país como principal recurso aparte del petróleo. Despidamos el 2010 siendo críticos y cuando estemos cerca de la doce de la noche del 31 escuchando las Uvas del Tiempo de Don Andrés Eloy Blanco, tengamos la entereza para reconocer nuestras fallas personales o colectivas, y emprendamos un nuevo año 2011 con mayor actividad, con animo a pesar de la sombras, con energía a pesar del cansancio, y con la firme voluntad que el país no es Chávez ni es de Chávez sino de cada uno de los venezolanos que debemos reencontrarnos en una sola Venezuela, en un país de justicia, prosperidad, trabajo para lo cual requerimos de todos los venezolanos sin excepción. Feliz Año
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