Venezuela Quiere Unidad

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miércoles, 23 de febrero de 2011

Signos inequívocos

Signos inequívocos
Francisco Layrisse

Miércoles, 23 de febrero de 2011

Olvidémonos de soluciones para el caso de las empresas básicas de Guayana, estas dan pocos votos electoralmente hablando y consumen cuantiosos recursos fiscales

Las señales que el gobierno nacional, por intermedio de sus principales voceros, envía al país son de crecientes dificultades en prácticamente todos los ámbitos del quehacer económico, social, político, internacional. El lector puede escoger cualquier tema, área y en prácticamente todas ellas la gente experimenta una sensación de hastío, de cansancio, de una orfandad de ideas para resolver los crecientes problemas del ciudadano, que realmente preocupa. En algunos se apodera la idea de que los problemas no tienen solución; la confianza en la capacidad de la actual administración para resolver los mismos cae en picada.

El venezolano pone cada día más en duda que pueda venir del actual gobierno las soluciones a los problemas que lo agobian, pero el desencanto y la desesperanza no marchan al mismo ritmo. Si bien para un número creciente de venezolanos el desencanto con la actual administración es harto visible, también no es menos cierto que un elevado porcentaje de venezolanos mantiene un esperanza viva en el presidente, mas no en el gobierno. La conexión del primer mandatario con estos sectores es igualmente innegable. La misma es en cierta forma casi religiosa, mística, es una suerte de enamoramiento colectivo con el presidente.

No obstante lo anterior, la actual administración está consciente del problema, del desencanto de la población con la gestión gubernamental, con los resultados concretos y tangibles de la revolución bolivariana. La necesidad de levantar y mantener las esperanzas de los sectores poblacionales devotos del primer mandatario condiciona, limita la acción del gobierno. En pro de ese objetivo, la actual administración definirá sus cursos estratégicos. No importa si los mismos pudieran ser contradictorios con estrategias anteriores. Se les va la vida en ese proyecto, no hay espacio para fallar, las consecuencias de hacerlo serian la pérdida de las elecciones en el 2012. La salida del poder con las implicaciones que eso pueda tener.

Pero el gobierno tiene un reducido margen de maniobra, muy poco o casi nada queda por expropiar sin honrar los compromisos que de allí se deriven. La estatal petrolera se ahoga en deudas y muestra cada vez señales de estar exhausta. El negocio no da para poder satisfacer la voracidad fiscal del gobierno, los planes extraordinarios que este le impone y al mismo tiempo lograr mantener e incrementar su producción. Las declaraciones presidenciales de la gasolina más barata del mundo aunado al proyecto de un ahorro compulsivo de 100 mil barriles diarios no hacen sino confirmar el déficit fiscal del gobierno.

Creo que la inmensa y abrumadora mayoría del país acompañaría una decisión del gobierno nacional de un incremento progresivo de los precios de los combustibles en el mercado nacional, pero esto no podría llevarse a cabo si al mismo tiempo el mismo gobierno nacional mantiene el descomunal subsidio que hace en las ventas de crudos y derivados a Cuba, Bielorrusia, China y en general a los países afectos al presente régimen.

El gobierno se ha entrampado él solo, no puede mantener el afecto de sus mentores cubanos y al mismo tiempo hacerle tragar a los venezolanos un incremento de precio de los combustibles o un racionamiento de los mismos.

Olvidémonos de soluciones para el caso de las empresas básicas de Guayana, estas dan pocos votos, electoralmente hablando y al mismo tiempo consumen cuantiosos recursos fiscales necesarios para intentar ganar las elecciones. Los problemas nos alcanzaron y la capacidad del gobierno de proveer una solución oportuna para ellos es por demás muy baja, con rendimiento electoral precario

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