Atrás quedará la mala experiencia de votar por A pero leer en el comprobante B. No sucederá más. Es la intención del Consejo Nacional Electoral con los cambios aprobados en el tarjetón para los comicios del próximo año. Será más grande y desaparecerán los óvalos, así lo informó Laverdad.com.
Gabriela Moreno – gmoreno@laverdad.com – Maracaibo
El nuevo diseño impedirá que las máquinas emitan votos nulos, al permitir al sufragante seleccionar al candidato de su preferencia pulsando sobre el recuadro del partido político, cuyo tamaño se duplicará y distinguirá por los colores y símbolos tradicionales, en lugar de tener que presionar en un pequeño espacio que originaba el error si era marcado de forma incorrecta.
Los técnicos del CNE apuntaron que la incapacidad del sistema para reconocer el orden en que se conectan los tarjetones electrónicos a las máquinas se solucionará para 2012, al ordenar que cada uno sea identificado con el número de la posición que le corresponde en la mesa para evitar que sean instalados en un orden distinto al previsto, ya que la opción impresa en el comprobante sería diferente a la seleccionada por el elector.
Tibisay Lucena, presidenta del ente comicial, explicó que el tarjetón incluirá todas las postulaciones que se registren, incluidas las de los aspirantes independientes.
Memorias necesarias
Las máquinas de votación empleadas hasta la fecha funcionan con memorias (flash card) de 1GB. Esta capacidad de almacenamiento resulta suficiente para el tope de 600 electores por mesa de votación autorizados, pero se quedarían cortas en caso de nucleaciones (agrupación de varios centros de votación).
Los técnicos electorales recomiendan que con las 46 mil máquinas que comprará el poder electoral se adquieran chips de 4GB porque los cambios en los tarjetones electrónicos obligan a comprar nuevas boletas y membranas electrónicas.
Incertidumbre dactilar
El Sistema de Autenticación Integral del Votante (SAI) establece que en cada mesa debe emplearse una captahuella para garantizar el principio de un elector, un voto.
El funcionamiento de la plataforma depende de cargar en cada máquina las impresiones dactilares de los electores inscritos.
Según el último corte oficial del Registro Electoral Permanente (REP), efectuado el 30 de noviembre de 2010, existen 17 millones 805 mil 540 ciudadanos inscritos. Ese es el número de datos digitalizados que debe tener el Consejo Nacional Electoral, pero todavía el organismo no confiesa cuántas están registrados.
Los técnicos estiman que disponen de 12 millones de impresiones dactilares. De ser esa la cifra oficial, sólo faltarían seis millones por digitalizar, pero el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) tiene otra proyección: Manejan que el árbitro cuenta con cinco millones de huellas registradas. Los asesores de la Mesa de la Unidad Democrática calculan que el CNE dispone de la información del 40 por ciento de los electores inscritos hasta el último corte del padrón; es decir, siete millones.
La incertidumbre genera disputas entre la oposición y el organismo comicial. La falta de respuestas sobre lo que ocurrirá si falla el sistema y no reconoce a quien esté inscrito para sufragar es motivo de conflicto. La MUD expresó que el secreto del voto y el derecho a ejercerlo no pueden sufrir “minusvalías bajo ninguna circunstancia o excusa” cuando se trata de seleccionar a tres mil funcionarios públicos. Exigen eliminar de los archivos del REP a quienes hayan fallecido y verificar que aquellos que aparecen con más de 100 años de edad estén con vida.
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